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martes, 21 de julio de 2009

ACEITE DE HIPERICO

Su nombre científico es Hypericum perforatum. La palabra "hipérico" viene del griego hyperikon, que derivaría de Hyper (por encima) y eikon (aparición o fantasma), lo que nos podría relatar la posible utilización de esta planta en los rituales de exorcismo o brujería desde las épocas más antiguas. El término perforatum se le atribuye por el aspecto perforado de sus hojitas, debido a las glándulas de aceite situadas en hojas y sépalos que dejan traslucir la luz.

Vulgarmente se identifica con términos como Hierba de San Juan, Fuga Demoni (ahuyenta demonios), hierba de las heridas, hipéricon, hierba militar, corazoncillo, etc.

En la antigüedad se creía que ahuyentaba los "malos espíritus", tradición que se remonta de los tiempos de Hipócrates, Plinnio y Galeno que lo consideraban un remedio natural para la “posesión demoniaca”, nombre común dado a todas las enfermedades nerviosas de la época. En la época de la inquisición, también es conocida su aplicación en exorcismos, debido a la fama que esta hierba poseía de alejar los malos espíritus por lo que era también llamada "hierba de los malos espíritus".

En la actualidad se está recuperando por la medicina tradicional, para combatir los estados depresivos.

Pero también Hipócrates, recomendaba el hipérico como remedio antiinflamatorio y refrescante.

Una de los posibles orígenes de las múltiples denominaciones de Hierba de San Juan, tal vez sea la utilización por los Caballeros de San Juan de Jerusalén para tratar las heridas en los campos de batalla.

En el siglo XIX, el abate Sebastián Kneipp, recomendaba su aceite en las contusiones y en general para todos los dolores artrósicos y neurálgicos. Para ello recomendaba macerar flores frescas en aceite de oliva que segregan un jugo de color rojizo que tiñe la piel de color azul violáceo.

En su uso externo, se le atribuyen propiedades para tratar afecciones de la piel, dolores a los músculos, neuralgias, quemaduras, heridas, cortes, golpes, eczemas, dolor de la ciática, herpes labial, etc. Ello es debido a su acción antiinflamatoria, antiséptica y cicatrizante altamente efectiva.

El hipérico puede ocasionar reacciones de fotosensibilidad, por lo que conviene evitar las exposiciones al sol de la zona tratada.

PREPARACION DEL ACEITE DE HIPERICO

En un tarro de cristal con boca ancha, se colocan las partes superiores de la planta que deberá estar limpia y seca (no mojar), luego se rellena de aceite de oliva virgen hasta el borde, de manera que la planta quede bien cubierta.

Cuando ya esté preparado, se deja expuesto al sol durante cuarenta días moviendo el tarro a diario. Pasado este tiempo el aceite, se cuela, se envasa en frascos pequeños para su utilización y se guarda en un lugar protegido de la luz.